domingo, 25 de septiembre de 2011

capitulo 1



“Ser paje es un privilegio”


-¡Hace 5 años que sirvo al rey y nunca vi semejante destrozo! Dispongan todo antes de que llegue su alteza. ¡RAPIDO!- grito a los criados.


Había tenido un mal día por una pésima noche. Tuve que dormir en el establo ocultándome del marqués y ahora como frutilla del postre una de las gallinas experimentales del artesano favorito del príncipe (un tal Tiago) había destruido la cocina. Probablemente olvidó asegurar la puerta. “Maldito descuidado si fuera tu mecenas te mataría… ¡y encima nunca se sabe donde esta! ¡Ahhhj!”


Salgo de la cocina y me lo encuentro muy plácidamente dormido bajo una de las fuentes del patio. “¿alguien puede ser tan despreocupado?”
 Me acerco…
Despacio…


-¡Te agarre!- grita.
-¡Ahhh! ¡No haga eso!- respondo, gritando. Él se ríe con malicia. Me exaspera.
-Vos fuiste la que se acerco… me asuste…- intenta poner cara de mártir.
-Por supuesto. Levántese que tiene mucho trabajo que hacer. Tiene que rescatar a su gallina, antes de que la
cocinera la haga caldo y nos envenene a todos.- lo reprocho con cara de pocos amigos.
Se levanta de un salto, como picado por algo.
 – Enseguida, madame –


“Raro”


Se va y me siento al costado de la fuente. Veo de lejos la cocina y elpandemónium que allí se armaba. “¡Que espectáculo!”. Me quedo dormida para despertar horas más tarde con el sonido sordo de un generador acercándose. Corro hacia la entrada y veo el carruaje del príncipe estacionarse justo enfrente de mí.


-Buenos días su alteza, Señor Marqués- me inclino en una reverencia. “Perfecto, lo que le faltaba a mi día”·


Los dos bajan con dificultad.
El príncipe es una persona redonda. Esa es su mejor descripción. Obeso, de piel rosada y ojos de cucaracha, vestido con finas telas y trajes de diseñador que le quedan chicos y si ya de por si la ropa de esta época es reveladora, en  este señor se da la impresión de costuras cediendo para dejar directamente sin reveladora vestimenta. En contra partida, el marqués Devoiloir es flaco y enfermizo, con un tono de piel ligeramente verde. Además, mientras que el príncipe es joven, el es viejo y decrepito, con un aura desagradable que se nota a simple vista. Espanta.


-Irina, ¿Dónde estabas anoche? No te vi por los alrededores.- pregunta con fingida inocencia el marqués.
- Cuidando el establo, señor- como si no supiera lo que busca.


”A mí no me engaña. No se me va a acercar. ¡Primero muerta! No lo consiguió siendo yo su paje, ahora que soy del príncipe no lo va a hacer. ”


El príncipe ajeno a todo por ignorancia o desinterés pregunta:
-¿Tiago tiene un nuevo juguete para mí? Necesito una distracción-
 “me imagino lo estresado que estas”
-no lo sé, su alteza. Iré a preguntarle, con su permiso.-
-sí, ve y también trae a los sirvientes quiero un baño helado y relajante, y un aperitivo.-
-Para mí también- interviene el marqués.
-bueno, si, también.- su tono denota lo molesto que se pone cuando lo interrumpen.
- ya mismo, señor- me retiro a la cocina con una reverencia.


- ¡llegó! vayan rápido quiere comida, un baño y acostarse.-me dirijo a la cocinera.- Isabel, ¿sabes dónde está Davincito?-
 -en su cuarto. No me dejó cocinar a su gallina.-
-¡Era de metal!-
- lo sé- se ríe macabramente.
-avísame antes entonces-
-no tendría gracia sino, ¿no crees?-
Mejor no discutir con una persona con un laser corta-carne en la mano.


Voy al intercomunicador. No voy a subir tres pisos para buscarlo en su habitación.
-TIAGO, JUGUETE, PRINCIPE, AHORA-
Cae por un tubo al lado del micrófono un cubito metálico un poco más grande que mi puño.
-¿qué es esto?- pregunto.
-Un receptor de escena. Capta las cosas y luego las reproduce en hologramas muy práctico como cámara de seguridad o transporte de mensajes. Aprieta una de las esquinas-
Extrañada lo hago.
Sale una luz y un “te atrape” de una versión de nosotros en miniatura reproduciendo la escena de hace unas horas.  “no pensé que mi voz sea tan aguda”
-¿no es divertido?- me dice su voz metálica con un dejo de travesura en ella.
-hermoso, ¿Cómo se borra?-
-ese te lo regalo, dale el otro al tarquino- cae otro cubito un poco mas chiquito.
- como quieras-
“realmente no le tengo paciencia”


-Señorita, Señorita, la llama su majestad- Margarita como siempre demasiado alterada, con cara de sufrimiento.
-bueno, tranquilícese, en un momento subo. ¿Está la comida lista, Isabel? ¿Sin veneno?-
-lamentable, pero si.-
-Meg, traiga la comida y lo de siempre, lo que pueda utilizar su alteza y espéreme en el ascensor. En un minuto voy.-


Me apresuro a agarrar el cubito y envolverlo en papel brillante de muchos colores.
“no puede ser que una persona tan infantil sea posible sucesor de la corona… ¡es un suicidio! ¡¿Que nos pasaría a todos nosotros!? Además tener que servir a semejante pivote… si tan solo mi familia tuviera el dinero de antaño YO sería la servida y no tendría que hacer este denigrante trabajo… ¡YO que soy la quinceava en la cadena de sucesión por sangre! Hasta pude conseguir el favor de esa vieja arpía real y subir categoría por categoría hasta llegar a la familia real… en cambio esta cucaracha de príncipe…


-¡señorita, señorita! El príncipe espera ¿recuerda?- de mi pulsera sale la desesperada voz de margarita.
- ya estoy ahí- respondo, tengo que correr al ascensor antes de que le agarre una crisis nerviosa.
Casi sin aliento, pulso el botón de subida.
- Meg, cuantas veces quiere que le diga que mi nombre es Irina, llámeme asi-
-pero, señorita, usted también es una noble, su padre era el conde de las tierras en las que yo nací  y su hermano es ahora hidalgo…-
- sí, y vamos bajando de estratos cada vez mas- susurro.
-¿Cómo señorita?-
-IRINA- recalco.
- disculpe.- agacha la cabeza en actitud de perrito obediente.
- ya llegamos-


Entramos a un cuarto abarrotado de muebles, cofres repletos de bártulos y objetos de oro de muy mal gusto.
-Traigo todo lo que pidió su alteza- hago una reverencia- y el nuevo invento del artesano, señor.-
-está bien déjalo por ahí- sus ojos solo ven la comida.- secor marque, coma si quere- dice con la boca llena, “cerdito sin modales”.
-su alteza, disculpe la indiscreción, ¿podría preguntar hasta cuándo se quedará el señor marqués? Así podemos disponer de la adecuada instalación-  me atrevo a preguntar.
- un par de semanas, no quiero abusar de la estupenda hospitalidad de tan alto anfitrión, me atrevo a decir, solo lo suficiente para terminar unos negocios que tengo pendientes-
- le acondicionaré una habitación confortable para su estadía y adecuada para cualquier instalación que quiera hacer.-
-buen trabajo, sigues siendo tan diligente como siempre. En el castillo todavía se te anhela.
“anhelaras mi cama, viejo verde”
-Gracias por la atención a esta humilde servidora-
-no, por favor, conocí a tu padre y a tu abuelo y los apreciaba mucho también-
“Por supuesto que los apreciabas. Tanto como para quitarles todo lo que tenían”
-si necesitas algo, sabes que podes venir a mi.- me sonríe lujuriosamente.
“primero muerta. Le quietaste todo a mi familia, degradaste a mi hermano por dos largos años, pero conmigo no vas a poder. ¡Ya escape de vos y por favor de la reina! ”
-mucha gente hace doler la cabeza, retírense- dije aquejado el príncipe.
- majestad, debo ir a la ciudad. Volveré en la noche-
-está bien marques, vaya-
-volveré en la noche- eso lo dijo mirándome a mí.


Después de eso pase toda la tarde arreglando con su nuevo paje su habitación, tan solo para que a la noche el muy desgraciado venga y yo tenga que esconderme de nuevo.
Ahora estoy corriendo por los pasillos silenciosamente. El marqués me persigue. No me había dado cuanta que estaba en el tercer piso. Llego al cuarto del artesano. “¡Ahhh! ¡No tengo opción!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario